¿Es posible la integración de instalaciones en una vivienda industrializada?
Esa integración de sistemas permitiría no solo tener un mayor control sobre los costes sino también alcanzar la máxima calificación energética, según un estudio del Clúster de la Edificación.
La edificación industrializada empieza a ser una realidad en España, donde se estima que la demanda de esta tipología de vivienda unifamiliar alcance el 40% en 2030.
Para poder satisfacer dicha demanda, el Clúster de la Edificación reconoce que se están multiplicando las inversiones, ampliando capacidades productivas y mejorando los procesos de integración.
Uno de los aspectos fundamentales para que este tipo de construcción llegue a las cotas esperadas es la integración de las diferentes instalaciones que componen la vivienda, y de forma muy particular, los sistemas de climatización (calefacción y refrigeración), de emisión (suelo radiante o fan coil), agua caliente sanitaria (ACS), la instalación eléctrica, la ventilación y el control de los sistemas.
Un estudio realizado por un grupo de trabajo del Clúster de la Edificación, compuesto por las empresas ACR, AIS, CENER, CSIC, FERROLI, HABITAT, NEINOR, SCHNEIDER, SIBER, S&P, UPONOR constata que no sólo es posible la integración de instalaciones eficientes sin ningún inconveniente para ejecutarlo en edificaciones industrializadas, sino que existe un mejor control de costes que en un edificación convencional, consiguiendo incluso la más alta calificación energética, la “A”. Además, se pueden generar diferentes soluciones de integración de instalaciones en función de las necesidades que existan en cada caso.
En este estudio se han tenido en cuenta varias premisas básicas a la hora de realizar la elección de los diferentes sistemas que irán integrados en la vivienda industrializada: cumplir con la normativa vigente (sobre todo en eficiencia energética y medio ambiente), que los espacios ocupados por las instalaciones sean mínimos, que requieran poco mantenimiento y que se asegure el confort de los ocupantes.
En cuanto a la tipología de las instalaciones estudiadas, el grupo de trabajo decidió comparar dos sistemas individuales y uno centralizado, tomando como referencia un edificio de 32 viviendas en altura de Madrid con casi 1.900 metros cuadrados para climatizar.
“Gracias a este estudio se ha demostrado que no solo conseguimos el mismo grado de confort que en una edificación convencional, sino que obtenemos las mejores calificaciones energéticas con lo que esto conlleva de ahorro energético. Y algo no menos importante; ya tenemos disponibles a día de hoy sistemas de calefacción, climatización, ACS, ventilación, control e instalaciones eléctricas que se pueden emplear sin ningún problema para conseguir las ventajas de su integración en edificios industrializados”, explica Aurelio Lanchas, coordinador de este grupo de trabajo del Clúster de la Edificación y Jefe de Producto de Ferroli.
Entre las principales ventajas que aporta la integración de sistemas en una vivienda industrializada destacan tanto la rapidez de ejecución en la fase de construcción, ya que muchos de los trabajos se realizan con anterioridad o en paralelo a la propia construcción del edificio; el control de costes exhaustivo porque existe mucha menos incertidumbre en la ejecución de las diferentes fases; y una mayor satisfacción del cliente final, ya que se da un mayor control de los distintos procesos.